De los cuerpos amarrados a su cruz
Se escapan los espíritus cautivos
En busca de la magia y de la luz
Y es por eso que están siempre fugitivos
No sabemos, al final , a quién amamos;
Si a aquél que en sus redes nos atrapa
Y nunca de sus manos escapamos,
o aquél que en las nuestras atrapamos
y un día sin querer se nos escapa
haciéndonos llorar lo que ignoramos…
El hombre es mariposa y es gusano
Que nunca con nada se conforma
Y es por eso que el amor es un pantano
Del polvo de estrellas que nos forma
Valencia, 1987
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